"Creo que la sociedad argentina hoy está muy atenta a eso de la prosperidad que no se consolida y me parece bien que esa sea la principal preocupación. Hay que arreglarlo a eso. Hay que arreglarlo porque material hay. Evidentemente, hay que organizarse de otro modo", dijo el escritor y guionista en su paso por la ciudad.
Eduardo Sacheri,
presentó en la ciudad, su último libro, "Los días de la violencia", y aprovechó
para dejar unos conceptos en Radio Tandil.
Se refirió a su cariño por Tandil, sus amistades, la actualidad del país
y el fútbol.
"Yo podría decir de
Tandil, lo más evidente: que es una ciudad hermosa, con una geografía
infrecuente en la provincia de Buenos Aires, porque tienen esa sierra bellísima
que en el resto de la provincia no tenemos, pero sobre todo, para mí, tiene
gente a la que quiero mucho. Alicia (Laco) y Fabiana (Castaño) fueron las
primeras, con Librería Alfa, quienes en el año 2000 se interesaron por llevarme
a presentar un libro. Acababa de salir mi primer libro de cuentos. Hay en eso una
cosa inaugural de haber confiado, cuando no me conocía ni el perro. Para mí es
importante", remarcó.
"Se generaron,
con Librería Alfa, con la hostería Casa Grande y con Hugo Rodríguez, como
periodista, una serie de lazos que para mí y para mi mujer son muy importantes.
Por eso es ir a visitar amigos. Eso es ir a Tandil. Y por eso, todos los años, con libro o sin
libro, terminamos apareciendo por ahí", añadió
Textuales de
Sacheri en Radio Tandil
Sobre el último libro:
"Yo soy licenciado en Historia. Aunque me hice conocido por mis novelas y mis cuentos,
no dejo de ser profesor de Historia. Llevo un par de años queriendo compartir
con los lectores el muy buen material que se genera en las universidades
argentinas y que es una picardía que no llegue al público en general. Dije,
vamos a hacer un libro sobre la época de la Revolución de Mayo, la
Independencia, esa década de 1810. Y para mi absoluta sorpresa el libro fue muy
bien recibido. Entonces dije, bueno, vamos a seguir preguntando cómo se
construye la Argentina en el siglo XIX, pensando en que son libros de historia
para gente que no es especialista, tratando de juntar esto de que sean
rigurosos y amenos".
La actualidad del
país: "Creo que vivimos, en este momento, un periodo bisagra. Me parece que hay
como ciertos consensos generados a partir de una serie de fracasos de las
últimas décadas que están haciendo que algunas cosas cambien contra la
perspectiva general. ¿Hacia dónde van a cambiar? No sé. Ahí está el asunto... somos
profesores de Historia y no profetas".
"Cuando digo
cambio fuerte no hablo de cambios políticos de superficie: si gobiernan estos políticos
o gobiernan aquellos. Me parece que el sentido común argentino está parado en
otro sitio, muy fastidiado con una serie de fracasos económicos y hay una
búsqueda de cosas nuevas. ¿Cómo saldrá esa búsqueda? Es un misterio".
"Me parece que
los argentinos somos extraordinariamente verborrágicos. Tenemos muy poca
contención a la hora de hablar, de lo que sea. Entonces siempre vivimos como
más desesperados de lo que deberíamos estar. Uno nos escucha y las cosas
siempre parecen más graves de lo que son. Sin negar que hayan pasado cosas
terribles en la Argentina. No es que pretenda negar eso. Lo que yo veo es un
montón de gente laburando, intentando salir adelante, intentando ver cómo se las
arregla, y eso es lo que me parece que termina salvando a las sociedades. En
ese sentido, me parece que la Argentina tiene espaldas. O los argentinos de a
pie, en todo caso, son los que tienen esas espaldas".
"Hoy en día la
democracia y la convivencia, más allá de las discusiones, las peleas y los
gritos, me parece que es algo sobre lo que la sociedad argentina tiene un
consenso. Ahora, 40 años de democracia no nos han traído prosperidad. Esa es
una gran deuda. Creo que la sociedad argentina hoy está muy atenta a eso de la prosperidad
que no se consolida y me parece bien que esa sea la principal preocupación. Hay
que arreglarlo a eso. Hay que arreglarlo porque material hay. Evidentemente,
hay que organizarse de otro modo".
Pandemia: "Habrá
gente que se sentirá incómoda con las posturas que tomó. Sobre todo, gente que
a lo mejor se enamoró demasiado de prohibiciones y recetas absolutas y andar
mirando al vecino para ver qué hacía o dejaba de hacer. Cuando vuelve la
normalidad es incómodo ese repaso. Es como que se enciende la luz y te puede
dar pudor algunas actitudes que se tomaron. Creo que en algún momento habrá que
hacerlo (analizar y sacar conclusiones sobre los días de pandemia), sobre todo para
sacar una enseñanza".
Independiente: "Lo
que le viene pasando hace muchos años a Independiente (de Avellaneda) es que
tiene unos dirigentes lamentables. En este momento, el club está complicado. Antes,
los tuvimos a los Moyano y fueron un desastre, lo tuvimos a Cantero y antes a
Comparada, y así puedo seguir retrocediendo. Es una galería del terror.
Lamentablemente, un club que supo ser un modelo de club y que, además, era muy
exitoso en lo futbolístico, perdió claramente esas capacidades que tuvo. Futbolísticamente
(hoy) te alegra que después de un semestre horrendo vengan unos refuerzos e
Independiente sea un poquito mejor. Lo que pasa es que es conformarte con muy
poco y basarte muy en la coyuntura. Yo te puedo decir Loyola me gusta como
juega de cinco. Ahora, ¿eso salva a Independiente? Y no. Independiente necesita
muchas más cosas que un buen refuerzo en el mediocampo".
Mundial: "Marcó
algo hermoso y es que toda una generación o más de una se dieran el gusto que
nos habíamos dado los más veteranos: ver a la Argentina campeón del mundo, que
me parece que es algo inolvidable. Es un hermoso premio para la manera de
laburar de un cuerpo técnico que se lo mereció, claramente. Que Messi haya logrado, Messi y Di María, pero
sobre todo Messi, haya logrado salir campeón del mundo, a mí me quitó un peso
de encima, te digo la verdad. Como si fuera mi hijo, más o menos. El lado malo,
porque siempre hay un lado malo en todo, es que la diligencia de la AFA obtiene
de ahí un oxígeno fenomenal para hacer...(suspiro) Todo lo que Argentina hace bien a nivel
selección, me parece que no lo acompaña en el torneo local".
Fútbol, sufrimiento
y placer: "Cuando juega Independiente lo sufro. Lo sufro porque me interesa que
le vaya bien. Es como si fuera un familiar mío. Yo disfruto el fútbol cuando no
juegan ni Argentina ni Independiente. Ahí sí lo disfruto. Lo disfruto mucho, me
encanta ver fútbol, pero no tiene que jugarse el sentimiento o la necesidad. Es
ridículo porque ¿qué te cambia a vos, a mí, o a quien sea, lo que pase con un
equipo de Primera? No nos cambia nada y sin embargo sí nos cambia. Ahí está la
trampa del asunto".
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Datos extraidos de Casas de Hoy