Anécdotas. De Tandil al Vaticano: la increíble aventura de Omar Farah y su encuentro con el Papa Francisco

"Esto empezó con Susana Ceballos, con un contacto con el padre Raúl Troncoso, preguntándole si era posible que al Papa le interesara recibirnos para ver lo que habíamos hecho. Ya estaba hecho el Cristo en Tandil, ya estaba colocado el Cristo de la Sierra", recuerda Farah, quien rápidamente obtuvo una respuesta afirmativa, pero con una condición: contactar a Monseñor Guillermo Karcher, quien manejaba el protocolo vaticano.

A través de un familiar, Farah logró conectarse con Karcher, quien le dio el visto bueno para organizar el encuentro. De esta manera, la comitiva se amplió, incluyendo concejales, funcionarios y muchos de los que estuvieron involucrados en la creación del Cristo, sumando alrededor de 30 personas.

Sin embargo, las sorpresas no tardaron en llegar. "Yo ya había avisado en el avión que sólo iban a entrar seis a saludar al Papa. Cuando llegamos al Vaticano, nos juntamos todos en la puerta de Santa Ana a las 6 de la mañana, con un frío tremendo. Entramos los 30, y Karcher nos dice: 'Como ya les habrá comentado el señor Farah, van a entrar solamente seis'", relata Omar.

El momento de la selección no fue sencillo, con tensiones entre los políticos sobre quiénes debían entrar. "Se empezaron a pelear los políticos, quién entraba y quién no. El intendente tenía que estar. Yo quería que Adrián Miguel entrara, porque era la primera vez que viajaba por un tema así y había hecho la fundición", comenta Farah. Finalmente, el grupo reducido ingresó, pero la historia dio un giro inesperado cuando Monseñor Karcher llamó a Omar: "Me dice: '¿Usted es boludo o qué le pasa? Usted arma todo esto y se queda afuera. Hágame el favor, baje de ahí y venga para acá'."

Con humor, Omar cuenta cómo resolvió la situación: "Le digo: 'Monseñor, tengo un problema. Si entro sin mi mujer, quedo mal'. Y me dice: 'Traiga a su mujer también'. Así que entramos los dos. En vez de seis, fuimos ocho". La sorpresa continuó cuando un integrante más se sumó al grupo: "Edgardo Vázquez, presidente del club Ferro, que había hecho el traslado del Cristo gratuitamente, se quedó afuera, pero de repente me grita: '¡Turco, Turco!'. Lo vi con la bandera de Ferro, entrando con los obispos".

Además de la emoción del encuentro con el Papa, Omar rememora cómo vivieron los argentinos la visita: "Cuando llegamos a la Plaza del Vaticano empezamos a escuchar tango. La mitad de la gente era argentina. Había banderas, imágenes de Maradona, de Messi. Uno estaba en Argentina, en medio del Vaticano. Lo sentíamos más cerca que nunca."

El encuentro con Francisco fue un momento de cercanía para Omar y para todos los argentinos presentes: "El Papa para nosotros siempre fue una figura distante. Francisco lo trajo cerca, lo puso a nuestro lado. El Vaticano se volvió un pedacito de Argentina donde nos sentíamos en casa."