Liga Profesional

Martín Demichelis se despidió con una victoria

El entrenador lució la remera "prematch" con la banda cruzada al estilo de la corbata de Labruna y después la cambió por una con el nombre de su madre del año en el que debutó en el club. Lloró en su ingreso al Monumental, al igual que su hijo Bastian, y también en el final.

Emoción a flor de piel y un look especial. La caminata de Martín Demichelis hacia el corralito del Monumental para dirigir a River por última vez, en el triunfo ante Sarmiento, fue especial en todos los sentidos; de principio a fin. Después de recibir los aplausos de los hinchas en el anuncio de la voz del estadio, el entrenador apareció -ya visiblemente conmovido- con la remera "prematch" del Millonario que se caracteriza por la banda cruzada al pecho al estilo de la corbata de Ángel Labruna.

Ni bien saludó a Israel Damonte (DT del Verde) y se sentó en el banco de suplentes, ese que próximamente parece que le hará lugar nuevamente a Marcelo Gallardo si las negociaciones para su vuelta siguen avanzando a buen puerto, a Micho se le hincharon los ojos y se le escapó alguna que otra lágrima. Ya se sabe: es hincha del club y lo vive de esa manera, además de las ganas que tenía de seguir en el cargo.
Las cámaras inmediatamente captaron a otra persona de su lazo sanguíneo en la misma sintonía emocional: su hijo Bastian, que juegan en las Inferiores y esta noche -como tantas otras de partido- ejerce como alcanzapelotas. Al pie de la cancha, el joven que juega en la Novena de River lloró desconsolado cuando vio entrar a su padre.

Pero lo mejor quedó reservado para el final, para que el adiós sea especial: Franco Mastantuno, a quien Demichelis había hecho debutar, colgó un tiro libre en el ángulo para darle el triunfo por 1-0 a River y el técnico rompió en llanto de manera inmediata. Se arrodilló, miró el piso y cuándo se reincorporó fue un mar de lágrimas. El crack de 16 años, para profundizar todas las sensaciones, se acercó a abrazarlo al igual que su hijo Bastian. Para ese entonces, el entrenador ya se había cambiado la remera por una camiseta de River del 2001 (época en la que debutó) que luce el nombre de su mamá (se había hecho en aquel año a modo de homenaje por el Día de la Madre).

La alegría inundó al Monumental también, que cantó al unísono alentando al equipo después de 80 minutos en lo que se escuchó el famoso "movete, River, movete". La historia cambió completamente con la victoria y Demichelis se retiró ovacionado: "Micho es de River, de River no se va...".
Antes de meterse en el túnel rumbo a los vestuarios, Demichelis esperó a los jugadores y los fue saludando uno por uno. "Te quiero mucho", se escuchó que intercambiaron palabras con Paulo Díaz, para posteriormente fundirse en un abrazo con Mastantuono. "Gracias", fue la frase que le dijo el DT, que antes de irse de la cancha les pidió perdón a los hinchas.

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