Placer. Ciudad dulce: ¿Cuáles son las golosinas que más se consumen en Tandil?

Tandil no es una excepción. Se consume mucho dulce, ya sea en forma de azúcares, galletitas o chocolates. Todos los días y a toda hora, hay gente que lleva a su hogar o al trabajo una cuota de placer para compartir. En el podio de los consumidores, niños y adultos mayores no se sacan ventaja.

Diana Andersson, propietaria de Dulce María, no se atreve a dar un top ten de las golosinas más vendidas en su local, ubicado frente a la Plaza Independencia, porque advierte que a diferencia de otras épocas hoy existe "una gran variedad" y mucha dispersión del consumo.

"No podría decir que hay una golosina que, en especial, sea la elegida, pero sí por ejemplo puedo decir que hay determinados horarios, generalmente a salida de la escuela, en que los chicos vienen buscando gomitas, chupetines y algún alfajor. Si el presupuesto alcanza, una gaseosa", explicó.

"Por el lado de los adultos mayores, que son muchos los que se acercan, lo que más compran son caramelos", contó Diana.

Y ahí tocó un tema sensible. ¿Sigue compitiendo, todavía, el simple, diminuto, cómodo para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, nos estamos refiriendo al caramelo, en el vasto universo golosinero?

"La exhibición que tiene el sector de caramelos -en Dulce María- es muy importante. Porque la verdad es que se trata de uno de los productos que más se venden. Hay muchos caramelos, ahora. Ácidos, dulces, rellenos, duros, de leche, más blandos. Es algo que todavía consume un montón", dice para la sorpresa del interlocutor.

Lo único que falta que diga que todavía existe el de gusto 'praliné'.

¡Podés creer que sí!

"El de praliné está y es uno de los más buscados", añade para el infarto.

"Le han cambiado el formato, pero tiene mucha vigencia. Las empresas van innovando, entonces a veces le cuesta a la gente reconocerlo, si ya se acostumbró a la forma específica del caramelo. Pero los de praliné, café, los media hora, esos caramelos típicos, de hace mucho tiempo, los Holanda también, todos esos están vigente todavía y los piden mucho".

-¿El adulto lo compra para el adulto o para algún niño?

-¡Qué buena pregunta! ¿A nosotros nos causa gracia cuando hay algún adulto comprando, sobre todo la gente mayor, y los llaman por teléfono, quizá el hijo o la hija, y no dicen casi nunca 'estoy en Dulce María? Dicen: ¡Ya voy para casa! Como que les da un poco de vergüenza decir que están en un negocio de golosinas.

Muchas veces, los adultos mayores compran para ellos. Hay como determinados momentos del día, por ejemplo, cuando terminan de almorzar y se sientan en el sillón a ver algo en la tele. O más a la tarde, o a la noche. Muchos nos dicen: nos vamos a acostar y necesito en la mesita de luz tener un caramelo.

-¿Y para los nietos?

-También. Yo siempre pienso en la alegría del abuelo o la abuela al ver la carita de sus nietos cuando van a visitarlos a su casa y poder convidarles caramelos o lo que fuere, es impagable.

Las golosinas que no ya no están

El mundo de las golosinas va cambiando constantemente. Nuevos sabores, nuevas marcas, otras propuestas. Claro que hay clásicos, pero también los clásicos a veces desaparecen de las góndolas. No siempre es por decisión de los consumidores. Muchas golosinas han sido víctimas colaterales de cierre de empresas o ventas de las patentes.

-¿Vienen personas a pedir una golosina que ya no está? Una galletita Champagne, por ejemplo.

-¡Qué rica esa galletita! Sí, a veces están esas preguntas. Es que algunas cosas se han dejado de hacer, aunque todavía persisten muchas y nosotros les llamamos "golosinas vintage". Los caramelos media hora, bananitas Dolca. Entre las más reclamadas están los caramelos Suchard, esos caramelos que eran buenísimos y ya no se hacen más, el alfajor de la misma marca relleno de mousse de chocolate, y los Tubby. Eran exquisitos y se han dejado de hacer.

-¿Van cambiando los sabores más allá de que se mantenga la marca o es un mito?

-No sólo lo dicen los clientes. Yo soy consumidora y me doy cuenta. Creo que se trata de cambios en las materias primas. Por más que el producto tenga el mismo nombre y la misma marca. También pasa que las empresas venden algunas marcas y la elaboración es un poco diferente. Eso pasa y bastante, te diría.

Gomitas

Las eternas gomitas. Dulces, mentoladas o ácidas, han sabido perdurar a través de tiempo y las generaciones se han preocupado por pasar el legado. Más vale que no preguntemos cómo se fabrican, pero lo cierto es que son adictivas. Una gomita es todo lo que está bien.

"Entre los jóvenes, adolescentes, sobre todo, se ha impuesto la cuestión de las gomitas ácidas. Entre los adultos, hay algunos fanáticos, pero mayoritariamente son más reacios a sabores ácidos, van por las dulces o las de menta", aseguró Diana.