Calefacción
- No uses la calefacción con las ventanas abiertas. Prendela recién después de haber ventilado los ambientes.
- No enciendas todas las estufas a la vez ni las dejes todo el día prendidas. Calentar sólo los ambientes que vayas a usar es una forma sencilla de ahorrar.
- Para lograr una temperatura agradable, prendé las estufas al máximo unos minutos, llevalas a temperatura media (20º) y dejalas en piloto para dormir.
- Si no hace mucho frío, no hace falta que dejes la estufa prendida al acostarte.
- No uses el horno ni las hornallas para calefaccionar. Es una práctica peligrosa y menos eficiente que el uso de una estufa.
- Verificá el estado de cierre de puertas y ventanas para mantener el calor. El uso de burletes reduce el ingreso de aire frío. Recordá mantener la ventilación adecuada para evitar accidentes.
Cocción
- Al cocinar algo en la hornalla, tapá las ollas que estés usando. La cocción será más rápida y, una vez terminada, evitará que los recipientes pierdan el calor.
- Siempre preferí usar recipientes pequeños. Concentran mejor el calor y permiten calentar sólo la cantidad de alimento que necesitas.
- Durante la cocción, si se alcanza el punto de ebullición, podés disminuir la llama para mantenerlo y ahorrar gas.
- Controlá que nunca la llama supere la base de la olla: es peligroso y desperdicia calor.
- Usá el horno con moderación y sólo cuando sea necesario, ya que consume lo mismo que tres hornallas.
- Si estás cocinando un tiempo largo y usas el gas de forma intermitente, apagá la hornalla y encendela nuevamente cuando la necesitas.
Agua Caliente
- Ajustá la temperatura desde el calefón para lograr el nivel mínimo necesario para una ducha agradable o lavar los platos. No mezcles agua caliente y fría.
- No dejes correr el agua caliente si no la usas. En la cocina, cerrá la canilla para enjabonar los platos.
- En el baño, duchate con responsabilidad: 10 minutos consumen 200 litros de agua.
- Si tenés el termotanque fuera de la vivienda, es importante que esté aislado térmicamente para que no pierda calor.
- Revisá que no haya fugas de gas ni de agua caliente para evitar peligros y gastos innecesarios.
- Utilizá agua fría cuando la caliente no sea indispensable.