Sequía. Preocupación en el campo: a la rentabilidad se suma la cuestión meteorológica para los próximos meses

El fenómeno de La Niña: una tendencia previsible

"La Niña" es un fenómeno climático asociado con una disminución de las temperaturas en las aguas del océano. Este fenómeno altera las condiciones meteorológicas globales y se traduce en una disparidad en las precipitaciones. Mientras algunas zonas sufren sequías severas, otras experimentan lluvias abundantes y dispersas.

"Lo que ocurre en verano, especialmente, es que las tormentas son típicas de masa de aire, lo que significa que las precipitaciones son muy localizadas", explica Czop. Un claro ejemplo de esta variabilidad fue lo ocurrido recientemente en Tandil, donde algunas zonas recibieron apenas unas décimas de milímetros de lluvia, mientras que en áreas cercanas se registraron hasta 30 mm de precipitación.

Ciclicidad del fenómeno: ¿un patrón en el tiempo?

La "Niña" y su contraparte, "El Niño", son fenómenos cíclicos, aunque no de manera predecible o constante. Estos episodios pueden alternarse durante un periodo de varios años, generando variaciones en las condiciones climáticas, especialmente en lo que respecta a las precipitaciones y las temperaturas. En este sentido, el meteorólogo destaca que, a lo largo de los últimos años, se han registrado varios episodios de La Niña, que culminan con una etapa de El Niño, para luego regresar nuevamente a La Niña.

"En estos momentos estamos atravesando un episodio moderado de La Niña, y esto se mantendrá durante todo el verano", aclara Czop. Este fenómeno, aunque no tan fuerte como en otras ocasiones, genera preocupaciones en el sector agropecuario, particularmente en las zonas más afectadas por la sequía.

Impacto en la agricultura y la rentabilidad del campo

El efecto directo de la sequía en la agricultura es claro: una baja en los rendimientos de los cultivos. "Es cierto que la situación varía de una región a otra, pero en términos generales, la tendencia es preocupante", afirma Czop. En la zona núcleo, que abarca las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, la falta de lluvias está afectando los rindes y la cosecha. Las previsiones de un verano con temperaturas elevadas y escasas precipitaciones alimentan las dudas sobre la rentabilidad del sector agrícola para los próximos meses.

Aunque el meteorólogo no puede brindar recomendaciones específicas a los productores debido a la naturaleza incierta de las lluvias locales, sí señala que, a nivel nacional, se espera una tendencia de sequía que podría empeorar la situación de muchas cosechas. "El pronóstico general es claro: temperaturas por encima de lo normal y precipitaciones por debajo de lo esperado. Esto afectará a los productores en muchas zonas del país", comenta.

Perspectivas para los próximos meses

En cuanto al futuro cercano, Czop sostiene que el verano traerá temperaturas más altas de lo habitual y que las precipitaciones seguirán siendo irregulares. Las esperadas irrupciones de aire frío podrían ofrecer algún alivio temporal, pero rápidamente las temperaturas volverían a ascender. Para los productores, esto significa un panorama complejo donde la incertidumbre meteorológica es la principal preocupación.

"El desafío será enfrentar un clima impredecible. Las decisiones de los productores deberán tomar en cuenta esta variabilidad. Por ahora, las expectativas no son buenas", concluye Czop.