Desesperación. El esposo de una paciente que tiene IOMA pide "un voto castigo" para los políticos de Tandil

Juan es ex bombero y actualmente trabaja en un servicio de ambulancias. Ha aportado a IOMA durante 38 años. Se queja de que pese a los avances tecnológicos, los trámites con la obra social siguen siendo lentos y engorrosos. "Hoy es todo más rápido con la tecnología, pero lamentablemente no es así con la obra social IOMA. Presenté el día 4 una documentación para una internación domiciliaria para mi señora, que tiene dificultad para hablar y tragar", explicó. Desde la Clínica Colón, en Mar del Plata, sugirieron la internación domiciliaria para evitarle más inconvenientes, solicitando un equipo de atención conformado por un médico, enfermero, kinesióloga y fonoaudióloga.

Sin embargo, la realidad en Tandil es desalentadora. Juan asegura que, debido a la falta de pago de IOMA, ninguna fonoaudióloga en la ciudad acepta trabajar con la obra social. "Llamé a todas las fonoaudiólogas de la ciudad y ninguna quiere trabajar por IOMA porque no les paga". Y lo mismo ocurre con la provisión de insumos médicos esenciales: "Las empresas no quieren agarrar porque IOMA tampoco les paga. En cuanto al colchón para escaras, la cama ortopédica, la silla de ruedas y un montón de esas cosas, todo se hace difícil".

Cada retraso, afirma, empeora la salud de su esposa, que depende de medicamentos específicos como el Espesan, cuya demora de 15 a 20 días en la entrega compromete su bienestar: "Ella lo tiene que tomar de por vida, porque si no se aspira y termina internada en el Hospital". La espera parece interminable, y la burocracia, insuperable. "Te dicen que tenés que esperar a que una empresa se haga cargo del caso".

Juan cree que las autoridades de IOMA y el gobernador deben involucrarse en esta situación crítica: "Es una locura lo que pasa en la ciudad de Tandil. Estoy viajando constantemente a Mar del Plata y La Plata, donde la atención es rápida y sin tanta burocracia". Compara las experiencias en distintas ciudades, destacando que en Mar del Plata y La Plata los trámites son digitales y rápidos. Sin embargo, en Tandil cada visita a la obra social implica enfrentarse a una carga burocrática que solo retrasa el acceso a la atención.

Además, describe su experiencia con una médica fisiatra que viaja desde Olavarría para tratar a su esposa. La especialista, que tuvo que asociarse a un kinesiólogo debido a la falta de reconocimiento de su especialidad en Tandil, le asegura que IOMA debería proveer lo necesario, aunque esto rara vez ocurre sin insistentes reclamos.

La situación es tan crítica que Juan considera necesario un "voto de castigo" contra los políticos que, según él, no han mostrado compromiso con los afiliados de IOMA. "Nadie nos dejó llegar al gobernador ni nada para plantear la situación de todos los afiliados", dice, haciendo un llamado a exigir una solución. Como trabajador de la salud, entiende la urgencia del caso y lamenta las diferencias en la calidad de atención que existen entre los distintos sistemas de salud.

"Yo creo que los afiliados de IOMA les tendríamos que dar un voto de castigo a los políticos porque la verdad ningún político se puso la camiseta de los afiliados. Nadie nos dejó llegar al gobernador ni nada. Para plantear la situación de todos los afiliados. Empezando por los anestesistas, pero después con todos. El problema de salud es fundamental y no se puede estar jugando con ese tema".

"Yo trabajo en salud y es una locura lo que estamos viviendo. Yo me jubilé de bombero y trabajo en una empresa de ambulancia como enfermero. Por eso conozco. Voy al Garrahan, voy al Hospital Italiano, voy al Hospital Alemán, voy a todos los hospitales y es totalmente distinto".

Finalmente, su mensaje es claro: "No quiero una solución a 60 días. La quiero ya. Es una locura lo que estoy viviendo con la obra social".