La Dra. Nancy Guerrero es la directora del Hospital de Niños Debilio Blanco Villegas y se refiere a algunas cuestiones claves a tener en cuenta en materia preventiva y cómo actuar correctamente en caso de accidentes en piletas o espejos de agua.
"La principal medida para evitar accidentes en piletas es la presencia de un adulto responsable", resaltó Nancy Guerrero, directora del Debilio Blanco Villegas.
Durante el verano, los espejos de agua y las piletas se convierten en polos de atracción y, en algunas oportunidades, en escenarios de accidentes que podrían evitarse atendiendo a algunas recomendaciones.
De acuerdo con los datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año mueren unas 300.000 personas por ahogamiento. La población más vulnerable son los niños y adolescentes: es una de las principales causas de muerte.
"Los riesgos de los chicos están vinculados a su edad y podemos establecer 3 niveles de vulnerabilidad: en menores de un año dependen exclusivamente de sus cuidadores pero hay que tener en cuenta que se pueden ahogar rápidamente con poca cantidad de agua si utilizan baldes, tachos, se caen a pozos o zanjas.
En menores de 5 años, el riesgo se encuentra más en piletas o en espacios con agua cercanos a los domicilios y en niños más grandes y adolescentes, en extensas masas de agua como ríos, arroyos, lagos o mares.
Los niños de corta edad corren un riesgo particularmente alto porque no tienen herramientas para evaluar el riesgo ni habilidades desarrolladas para manejarse en el agua. En los adolescentes, los ahogamientos suelen ser resultado de una combinación de mucha confianza en las habilidades para nadar con la subestimación del riesgo de situaciones peligrosas cerca del agua, sobre todo si hubo consumo de alcohol o drogas", señala la médica.
¿Cuáles son las principales medidas a tomar para evitar estos accidentes? La principal medida para evitar este tipo de incidentes es la presencia de un adulto responsable, comprometido y que esté atento todo el tiempo. No puede quedar un chico a cargo de otros niños: tiene que ser un adulto quien esté al lado viendo permanentemente, dispuesto a arrojarse al agua si hay que rescatar a un niño que no la está pasando bien o con riesgo de sumergirse.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que las personas a cargo -ya sea en los domicilios, instituciones educativas, clubes o donde haya piletitas- estén capacitados para realizar maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar). Todos deberíamos saberlas pero especialmente aquellas personas que están al cuidado de niños o como guardavidas, deben realizar una capacitación permanente para saber cómo actuar en situaciones de casi ahogamiento.
Además, estar atentos. Un adulto mayor responsable que siempre esté mirando y nunca alejarse. De tener la necesidad de salir, se llama a otro adulto que lo reemplace pero nunca hay que dejar solos en el agua a los niños ni al cuidado de otro niño.
Es fundamental también tapar, cercar las piletas o poner algún tipo de dispositivo que evite su fácil accesibilidad. A veces es un balde que tiene agua, un fuentón y la familia no considera que un bebé que está empezando a caminar se pueda ahogar si se cae adentro. Pero si queda con la cabeza sumergida no va a poder incorporarse rápidamente.
Hay que evitar la accesibilidad rápida a los espejos de agua en niños chiquitos y en los chicos más grandes a las piletas porque en cualquier distracción, se pueden escabullir y ahogarse en muy pocos minutos
¿A qué se le denomina síndrome de casi ahogamiento? Se lo denomina de esa manera porque, justamente, lo que se trata de hacer es evitar que el chico se ahogue, aplicando técnicas de reanimación. Cuando está ahogado, las posibilidades de vida son muy escasas pero cuando ingresa un paciente al Hospital que lo encontraron en una pileta y lo reanimaron, aumentan las chances de vivir. Luego habrá que determinar si está más o menos comprometido, pero si un adulto responsable realizó las maniobras de reanimación en el borde de pileta, las posibilidades de sobrevida sin secuelas aumentan muchísimo. Cuanto más tiempo se pierde, peor es el panorama de recuperación.
Qué hacer: los primeros minutos son claves
¿Qué hacer si se encuentra un niño flotando o sumergido en la pileta?
Inmediatamente, sacarlo del agua. Nunca se reanima a ninguna persona dentro del agua. Se la saca, se la apoya sobre una superficie dura (piso) y se llama inmediatamente al 107. Si estamos solos, se usa el celular en manos libres y mientras se habla también se observa si el niño respira o no respira. Si respira, se le mueve el tórax, llora o tose, se lo puede incorporar y secar, tratando de calmarlo mientras llega el servicio de emergencia.
Si el niño no responde, está inconsciente y no se mueve el tórax, inmediatamente se comienza con las maniobras de resucitación cardiopulmonar: ventilaciones en la boca, se trata de levantar un poco el mentón para enderezar la vía aérea, dos insuflaciones por la boca y 30 compresiones en el tórax. No se hacen maniobras para sacar el agua. El agua está en el estómago, no en el pulmón y se tiene que evitar que el agua salga del estómago y termine yendo al pulmón.
Se aplica un masaje cardíaco y ventilación boca a boca mientras se llama al 107 con manos libres: no se espera a que atiendan, ya que cuanto más rápidamente se haga la resucitación, más chances de sobrevivir -y de sobrevivir sin secuelas- se tienen.
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